ALGUNOS APRONTES DE LA COMISIÓN DE PARTICIPACIÓN QUE FUE ADMINISTRADA POR SOCIOS DE NUESTRAS FILAS
Se reflexionó sobre el estado de la participación. Se comenta que se percibe una baja participación y motivación debido a la instalación de políticas neoliberales tendientes a estimar al individuo y no a las colectividades en el desarrollo de propuestas o de resolución de problemas. Es un sistema donde la competencia está exacerbada y donde todos los valores relacionados con lo comunitario están fuera del paradigma de progreso. Todas las políticas públicas y su legalidad intentan poner al sujeto y su protagonismo individual como actor o beneficiario. No existe la intención de facilitar la participación permitiendo su carácter resolutivo donde nos sintamos involucrados y considerados.
Se plantea que la Constitución del país debería abordar la participación como un derecho y un deber y quizás como una obligación necesaria hasta que se transforme en una cultura que tenga instalado la práctica participativa. Se comenta la existencia histórica del "gremio de los trabajadores de la educación" que tenía carácter inclusivo y no segmentaba jerárquicamente a l@s trabajador@s separándolos entre docentes, asistentes, funcionari@s.
Otra de las intervenciones señala que la crisis de la educación está muy relacionada con la carencia de una participación real, representativa, democrática y resolutiva. Estas carencias son impuestas por el mismo sistema y se requiere entonces una asamblea constituyente para crear los mecanismos que provoquen el cambio que se requiere para establecer una educación pública, participativa, legítima donde los actores escuchen y sean reflejo de lo que el país requiere.
Esta nueva institucionalidad le daría un estatuto relevante a la educación pública en el contexto de un estado docente.
Se reflexionó sobre el estado de la participación. Se comenta que se percibe una baja participación y motivación debido a la instalación de políticas neoliberales tendientes a estimar al individuo y no a las colectividades en el desarrollo de propuestas o de resolución de problemas. Es un sistema donde la competencia está exacerbada y donde todos los valores relacionados con lo comunitario están fuera del paradigma de progreso. Todas las políticas públicas y su legalidad intentan poner al sujeto y su protagonismo individual como actor o beneficiario. No existe la intención de facilitar la participación permitiendo su carácter resolutivo donde nos sintamos involucrados y considerados.
Se plantea que la Constitución del país debería abordar la participación como un derecho y un deber y quizás como una obligación necesaria hasta que se transforme en una cultura que tenga instalado la práctica participativa. Se comenta la existencia histórica del "gremio de los trabajadores de la educación" que tenía carácter inclusivo y no segmentaba jerárquicamente a l@s trabajador@s separándolos entre docentes, asistentes, funcionari@s.
Otra de las intervenciones señala que la crisis de la educación está muy relacionada con la carencia de una participación real, representativa, democrática y resolutiva. Estas carencias son impuestas por el mismo sistema y se requiere entonces una asamblea constituyente para crear los mecanismos que provoquen el cambio que se requiere para establecer una educación pública, participativa, legítima donde los actores escuchen y sean reflejo de lo que el país requiere.
Esta nueva institucionalidad le daría un estatuto relevante a la educación pública en el contexto de un estado docente.