CARTA ABIERTA A NUESTRAS AUTORIDADES
Los dirigentes del área metropolitana hemos observado con profunda preocupación cómo, en los últimos años, se ha ido deteriorando las prácticas administrativas en la ejecución de las tareas al interior de nuestro Ministerio. Las actuaciones autocráticas, que han caracterizado a nuestras autoridades, han generado resultados negativos, por toda la comunidad repudiados, de los que no se han hecho responsables con la misma actitud con que condujeron dichos procesos. Para evitar repetir esta experiencia es que, estimamos que los funcionarios tendríamos que tener alguna oportunidad para aportar a la toma de decisiones y en la definición de una nueva institucionalidad, que dé cuenta de una mayor democratización de las prácticas de nuestro contexto laboral, profesional y educacional, toda vez, que, en indefinitiva, son los funcionarios los que históricamente han asumido su responsabilidad administrativa.
En forma cada vez más frecuente constatamos síntomas claros de debilitamiento en distintas áreas de nuestro quehacer, tanto en la gestión administrativa del personal, como presupuestaria. Hemos verificado el quebrantamiento de prácticas laborales, la inercia de los procedimientos administrativos, la falta de conducción y orientaciones claras de las políticas educacionales que se ponen en práctica en la región y el desgaste de los discursos técnicos que contradicen la práctica, a más de la lentitud, por impericia, en la resolución de los compromisos contraídos con los trabajadores y, como consecuencia directa de ello, es posible observar una gradual y cada vez más ostensible falta de credibilidad de la población funcionaria en sus autoridades.
Todo ello se ha evidenciado por la traumática situación que afectó a nuestra región, cuyas consecuencias aún no son develadas en su total magnitud. A cambio de esta debacle, la actual autoridad generó en la población funcionaria, expectativas de recuperación de las buenas prácticas laborales y una definición de procedimientos administrativos claros, además de políticas de personal aplicables a todos los trabajadores en igualdad de condiciones, pero ya observamos que no se ha obrado de acuerdo a los públicos compromisos contraídos ni a los principios del Estado de Derecho Administrativo.
Reconocemos en nuestras nuevas autoridades la intención de mejorar las cosas y reencaminar los quehaceres por una vía de transparencia, por los menos en el discurso; no obstante observamos en las propuestas de mejora, estrategias equívocas, que en un futuro cercano, conducirán a nuevos estallidos nefastos para la ya deteriorada imagen de nuestra cartera. Sabemos que los tiempos en la administración pública son lentos, pero una cuestión muy distinta es la ineficacia de hoy, que con seguridad será responsable de resultados negativos, que no se pondrán en evidencia sino hasta un mediano plazo.
Pero las urgencias de hoy están dadas por la situación de nuestros compañeros de trabajos en distintas áreas del quehacer , los que seguramente se verán envueltos a corto plazo, al igual que en el pasado reciente, en cuestionamientos y sanciones, toda vez que los auténticos responsables, bajo artilugios legales, han abandonado sus responsabilidades, sin respeto por sus pares. Con ello se ha perdido los innumerables esfuerzos y la experiencia aquilatada por años de trabajo que se han venido desplegando en los equipos de labor ministerial. Pareciera que nada de lo hecho es valorado, nada es digno de ser rescatado, a pesar de que esas modalidades de gestión han estado respondiendo a la diversidad de desafíos planteados desde el 1991 a la fecha. Ahora, desde la seguridad e impunidad que otorga la ribera del mundo privado y una justicia civil bastante light nos encontramos que el ex Secretario Ministerial y su equipo no se hacen cargo del descalabro dejado. Esta experiencia nos llama a la reflexión, cuando asumen cargos de autoridad, personas con altos grados, para la toma de decisiones en los puestos de trabajo críticos para el funcionamiento del Mineduc en la región, que llegan sin experiencia en las respectivas materias, generando con sus decisiones, angustia y desazón en los compañeros de trabajo, poseedores del conocimiento.
Luego vemos que se han tratado de impulsar nuevos procedimientos administrativos con un alto grado de improvisación y al filo de la legalidad, que sin duda, generarán nuevos problemas donde no los había; y lo más grave, se ha hecho, nuevamente, de manera inconsulta a los que conocen los temas. La modernización del sistema no puede asociarse a un alto grado de gestión autocrática , evidenciado en la toma de decisiones que afectan el funcionamiento interno, sin dialogar con los equipos de trabajo respectivo, aunque sea por curiosidad, y de paso, además, se vulnera una vez más, la estructura jerárquica del Mineduc -legalmente definida- sin comunicar oportunamente por los canales por todos reconocidos.
Nos conmueve constatar que nuestros Directivos concertacionistas, otrora defensores de los derechos de los trabajadores y líderes e impulsores de la participación, sean los que, luego de asumir la conducción de los procesos, no la practiquen por omisión o por doctrina, cuestión última aún más grave, pues nos encontraríamos en un escenario alienado que deteriora la salud mental de las personas que a diario laboramos en esta Secretaria de Estado.
Reconocemos que el modelo administrativo vigente está agotado. Que responde a tiempos pasados, que no queremos que se repita, pues ese, es un Chile que ya se extinguió. Por tanto, no nos oponemos a los cambios. Pero los responsables de tomar decisiones, deben actuar en el marco del compromiso político y conocimiento técnico. Entendemos que puede llegar personal sin conocimiento previo en la materia específica y que, por tanto, desconocen las prácticas culturales de nuestro sistema educacional, pero no podemos entender que eviten el diálogo con los funcionarios, que son las personas conocedoras de los temas.
PENSAR, CONSULTAR, DEFINIR, FORMALIZAR, PERSUADIR, ENSAYAR, EJECUTAR, EVALUAR, CORREGIR: INSTITUCIONALIZAR
Estimamos que un rediseño requiere definir y consensuar el norte, y debe hacerse en conjunto con los profesionales y/o trabajadores implicados en los procesos. De lo contrario, cómo es posible responsabilizar por los resultados de estos procesos, a quienes no participaron en las decisiones. Exigimos a quienes tomaron las decisiones en el pasado cercano se responsabilicen en las instancias que correspondan.
A nuestro juicio, un nuevo modelo administrativo debe ser definido, en primer lugar, con los funcionarios implicados en el nuevo proceso, capacitando en donde se requiera, comunicando por los conductos regulares, persuadiendo por la vía del conocimiento y el encantamiento argumentativo, para después ejecutarlo. Con esto se logrará fidelización y compromiso de los actores permanentes que serán, en definitiva, los que harán el trabajo y en consecuencia, asumirán su responsabilidad administrativa, si les cabe.
Asimismo, no podemos olvidar que nuestra Administración Pública es formal. No acepta improvisaciones ni decisiones de profesionales sin responsabilidad política, porque más temprano que tarde, el mismo sistema tiene procedimientos de autorregulación que terminan, de no obrar en le marco de la norma, en explosiones que debilitan y destruyen, como las que recientemente hemos vivido. Les recordamos que, a la lealtad y el compromiso de los actores se tiene que responder con la lealtad y el compromiso de las autoridades, porque quienes llevarán a cabo los procesos finalmente, serán los funcionarios del Ministerio.
Finalmente, queremos agradecer la acogida a nuestra misiva, en el bien entendido que los funcionarios queremos ser reconocidos como ciudadanos, y como tales, queremos aportar en la construcción de una sociedad sustentable, más justa y buena, que beneficie a todos los chilenos. Lo que observamos a la fecha, dice relación con una escasa valoración y confianza en los funcionarios de este sistema educacional y con un extraño descompromiso de las autoridades –la gran mayoría formados al alero de la Educación Pública- con la historia de un sistema educativo eficiente, señero en América Latina.
Convocamos a nuestras autoridades a atender el llamado contenido en esta reflexión que representa a todos los dirigentes gremiales de la Región Metropolitana, a reencausar las energías y aunar las voluntades en pos de un proyecto compartido de nuestro Ministerio. Sólo de este modo, estimamos que podremos recuperar y fortalecer el rol del Estado y de la Educación Pública.
DIRECTORIOS PROVINCIALES DE ANDIME
REGIÓN METROPOLITANA
¡ESTAMOS EN ESTADO DE ALERTA!
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