







Parte importante de las disposiciones requerían una mayoría de rango orgánico constitucional, es decir 69 votos, pero sólo consiguieron 61 a favor. El ministro de Educación, Joaquín Lavín, intervino en el debate para señalar que este era un proyecto de la ex presidenta Michelle Bachelet que fue acogido y apoyado por el Mandatario Sebastián Piñera, enfatizando que se trata de la reforma más trascendente en materia educacional de las últimas décadas. "Los consensos en educación son difíciles y aquí se llegó a un consenso muy amplio", indicó el secretario de Estado. A favor de la aprobación se manifestaron los diputados de la Alianza y algunos de la DC, mientras que la mayoría de los de la Concertación se pronunciaron en contra. Estos últimos habían solicitado al Gobierno que se le quitara urgencia al proyecto, a fin de someterlo a una nueva discusión, pero al no ser acogida su petición optaron por el rechazo. Al término de la votación, Lavín afirmó que "personalmente me sentí muy cómodo apoyando un proyecto de la Presidenta Bachelet que el Presidente Piñera quiso impulsar porque lo consideró bueno para Chile. Me resulta incomprensible que diputados de la Concertación hayan rechazado algunos de estos artículos que la propia Presidenta Bachelet había impulsado pero por el bien de Chile yo espero que esto se reponga en el Senado". El proyecto de ley que proponía un sistema nacional de aseguramiento de la calidad de la educación en los niveles parvulario, básico y medio, se originó en un mensaje del Ejecutivo del pasado gobierno de Bachelet y cumplía el segundo trámite constitucional en la Cámara después de haber sido aprobada hace un año por el Senado. El sistema redefine las funciones del Ministerio de Educación y establece una Agencia de Calidad, una Superintendencia y un Consejo Nacional de Educación, órganos que desempeñarían las funciones de definición, implementación, monitoreo, seguimiento y fiscalización de las políticas educativas.
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